Por Francisco Peyret

La artista mexicana Patricia de Murga,  chilanga y ahora radicada en San Miguel donde encontró su pasión,  se ha especializado en la pintura, pero sobre todo en la escultura de alebrijes con los que desde hace más de 10 años ha encontrado en sus “alecuijes” una manera disfrutar su nuevo mundo…

Desde el barrio de  la Palmita donde se ubica su taller nos habló de como estas figuras a las que llama “alecuijes” los fabrica sobre pedido y los va perfeccionando al gusto de cada cliente, por lo que asegura que no puede haber dos iguales. Ella ha estudiado arte, tanto dibujo, como escultura en barro y madera, para crear estos objetos que pretende que sean un amuleto para que las personas reciban energía y magia.

¿Qué son los Alecuijes?

Patricia de Murga explica:

“Son el espejo del alma, son la integración de tú ser al mundo. Es la integración de tus dones y virtudes para fluir en el ciclo de la vida.

El Hombre de las sociedades antiguas  consideraba que los animales tenían una relación estrecha con lo divino, lo que los dotó  de un lugar especial en los mitos y leyendas muchos grupos humanos de Mesoamérica  se vinculaban con un animal desde su nacimiento y esté espíritu animal daba poder al hombre que lo poseía, esto también estaba asociado con los chamanes y los nahuales. 

Los hombres generalmente preocupados por su futuro recurren a distintas formas de averiguarlo, olvidando su pasado y sus orígenes. Nuestros antepasados que vivieron en esta tierra que hoy llamamos México, solucionaron esto entendiendo su entorno y su relación con los seres vivos y la madre tierra.

La relación que guardan los animales y la tierra con el hombre hacen posible conocer nuestro pasado, presente y  futuro utilizando una combinación de los conocimientos ancestrales de nuestros antepasados con técnicas modernas”.