Por Fernanda Noriega
San Miguel, que hoy día es uno de los destinos favoritos de todo el mundo, debe su popularidad a la belleza arquitectónica, el colorido de sus coloniales calles y a la calidez de su gente. Por ello, es considerada una de las ciudades obligadas para visitar en Guanajuato pero, ¿sabías que una vez estuvo a punto de convertirse en un pueblo fantasma?
Muchos sanmiguelenses se “ofenden” cuando se le llama pueblo a San Miguel; y es que a pesar de que mantiene una cultura y costumbres que no se asemejan a las de las grandes ciudades, tiene ya casi 200 años que adquirió el título de ciudad, cambiando también su nombre de “San Miguel el Grande” a “San Miguel de Allende” en honor al insurgente Ignacio Allende. El problema surgió cuando, alrededor del año 1900, siendo la minería la actividad económica predominante en la zona, San Miguel que era un punto de paso importante del Antiguo Camino Real, se convirtió en parte de la Ruta de Plata que conectaba con Zacatecas y, cuando esta actividad de la Minería perdió fuerza con el paso del tiempo, San Miguel estuvo a punto de convertirse en un “pueblo fantasma”, llegando incluso al punto de ser nombrado “Monumento Histórico” en 1926. Sin embargo, no todo fue malo; este título le valió para el mantenimiento de su imagen colonial y la preservación de construcciones históricas. Para 1950, San Miguel comenzó a tener el atractivo turístico que hasta la fecha le caracteriza y es que, luego de la Segunda Guerra Mundial y en el apogeo de los atractivos turísticos de San Miguel de Allende, muchos soldados norteamericanos fuera de servicio empezaron a llegar a esta ciudad; de esta manera, al día de hoy San Miguel de Allende concentra una gran parte de población extranjera.
La belleza y la paz que habitan en San Miguel lo han hecho merecedor de varios títulos que lo mantienen en la cúspide de destinos turísticos del país: en 2003 fue declarado Pueblo Mágico, título que se retiró en 2008 tras ser nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad y en 2017, fue nombrada como la mejor ciudad del mundo por la revista Travel+Leisure.