Hablando de alta hotelería, encontramos un secreto de San Miguel de Allende que ejemplifica perfectamente la excelencia. Por fuera se funde en el encanto del estilo colonial del pueblo, pero al cruzar la entrada principal, se descubre una joya histórica y artística con más de 300 años de antigüedad, que en combinación con una exquisita selección de elementos contemporáneos, ofrece a sus huéspedes una experiencia inigualable para vivir la mejor ciudad de Latinoamérica.
En el interior se descubrió un invaluable mural que data del siglo XVIII, de la tradición del Santuario de Atotonilco, Gto. Es la única casa privada donde se ha hecho un hallazgo de esta naturaleza, por lo que es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El trabajo de restauración que se ha requerido para adaptarla como hotel, ha sido minuciosamente revisado por el INAH y otras autoridades correspondientes. Fue realizado por expertos como el Arquitecto Roberto Burillo, la Restauradora Carmen Rioja y la Interiorista Gabriela Peña Garavito.
Durante muchos años, el recinto fue hogar de la reconocida artista y fotógrafa Deborah Turbeville, una leyenda en el marco internacional de la imagen y la fotografía que trabajó para Vogue, Valentino y Channel, por mencionar algunos. Esta casa fue su inspiración y aún conserva gran parte de su legado e influencia estética. Deborah realizó producciones para importantes firmas y editoriales en este lugar. Casa No Name adquirió popularidad entre la elite neoyorkina y europea, ya que allí recibió a muchos de sus íntimos amigos, entre ellos a Jackie Kennedy.
La mixología de elementos indígenas mexicanos, con piezas artísticas que vienen de diferentes rincones del mundo y forman parte de la valiosísima colección privada de la propietaria del hotel, crean una atmósfera mágica. Predomina una energía mística y acogedora a la vez, que la convierten en un ícono de San Miguel de Allende. En las 6 habitaciones del hotel se conservan algunas fotografías de Deborah y piezas de su colección personal de arte y antigüedades. Se nombró a cada una de ellas con palabras en otomí que hacen referencia a los elementos naturales.
Aunque tanto las habitaciones como las áreas comunes conservan su escencia histórica oríginal, han sido restauradas con las más exclusivas comodidades y elementos contemporáneos, dando como resultado un hotel que ha sido fotografiado por diferentes libros y revistas de decoración de interiores.
El equipo de Casa No Name está comprometido con cada uno de sus huéspedes. Averiguarán tus gustos y preferencias para así ofrecerte una experiencia que superará cualquier expectativa. Gozarás habitaciones vestidas con algodones y linos de la más alta calidad, decoradas con obras de arte originales de gran valor histórico y artístico, un moderno jacuzzi alimentado por un muro de agua, Sky Bar con Fire Pit que crea un ambiente cálido y acogedor, spa para masajes aromáticos y un sin fin de amenidades para lograr que tu estancia sea única y memorable.
Es un espacio dirigido a conocedores y sofisticados viajeros. El valor histórico de este recinto, la belleza de cada elemento decorativo y la importante colección artística que aquí se encuentra, se conjugan en una atmósfera que entra por los ojos y se queda en la memoria para siempre. Te invitamos a conocer Casa No Name, no pierdas la oportunidad de vivir el arte en carne propia, te aseguramos la más inspiradora e inolvidable estancia en el corazón del centro histórico de San Miguel de Allende.