Por Rosario Ruiz
Durante las Posadas y la cena de Navidad no pueden faltar los deliciosos buñuelos que prepara mi mamá. En casa se ha vuelto toda una tradición —y hasta un ritual— preparar los buñuelos en familia, pues aunque la receta es muy fácil de hacer y requiere de muy pocos ingredientes, lleva tiempo y dedicación; ¡mientras más manos haya, mejor!
Les llamamos buñuelos “de rodilla” porque para extenderlos apoyamos la masa en nuestras rodillas. Ahora te explico cómo es el proceso para que me entiendas mejor. Generalmente mi mamá es quien prepara la masa, mis hermanos y yo extendemos los buñuelos y mi papá se encarga de freírlos.
Cuando mi mamá tiene la masa lista, hace pequeñas bolas y las deja reposar al aire libre para que se oreen. Luego que tomaron su tiempo, tomamos las bolitas y comenzamos a extenderlas en círculos con las manos. Cuando tenemos un círculo de buen tamaño, en una servilleta limpia colocamos la masa apoyada en nuestra rodilla para poder ayudarnos a extenderla con los dedos. La extendemos lo suficiente para que no se rompa. Después, en la mesa del comedor y con un mantel puesto, colgamos —como si de tendedero se tratase— los buñuelos que acabamos de extender para que se sigan oreando.
El encargado de freír ya puso aceite en una sartén bien grande para que se caliente; a su lado hay un recipiente con servilletas de papel para quitar el exceso de grasa. Cuando el buñuelo está oreado, lo toma y lo pone a freír de uno a tres minutos, le da vueltas por ambos lados y espera a que tome un color amarillito dorado. Así lo hace con todos los buñuelos hasta que termina la producción.
Como verás, requiere de rapidez y trabajo en equipo para que mientras uno extiende, el otro fríe y no se queme el delicioso buñuelo. Mientras se están preparando, no podemos evitar pellizcarlos; así solitos saben muy rico, pero también les podemos agregar azúcar o jarabe de piloncillo.
Ahora te pasaré la receta para que la repliques en tu casa y se convierta también en una tradición familiar.
Ingredientes para el buñuelo:
- 500 gr de harina de trigo para todo uso
- ¾ taza de agua tibia
- 1 huevo
- Una pizca de sal
- Puedes agregar una cucharadita de esencia de vainilla (si quieres)
Ingredientes para el jarabe de piloncillo:
- 1 trozo de piloncillo (utiliza lo que creas conveniente, si lo quieres muy dulce, utiliza un buen trozo)
- 3 tazas de agua
- 1 varita de canela
Procedimiento:
En un recipiente grande, coloca la harina, la pizca de sal, la esencia de vainilla y el huevo y comienza a amasar. Agrega el agua poco a poco y sigue amasando hasta que tengas una consistencia suave y lisa. Deja reposar tu masa por 30 minutos colocando una servilleta encima de tu recipiente.
Cuando pase ese tiempo, haz pequeñas bolas de masa, las que te alcancen, y déjalas reposar también por unos cinco minutos. Después tendrás que extenderlas —puedes usar la técnica que te platiqué de rodilla o utilizar un rodillo, como te resulte más cómodo— y luego las pones a freír.
Para el jarabe de piloncillo, en una olla pon a calentar las tazas de agua, deja que hierva y luego agregas el piloncillo y la varita de canela. Menea constantemente para evitar que se queme. Estará listo cuando el piloncillo se haya derretido por completo. Si lo quieres más espeso, déjalo reposar un rato más en la lumbre.
Y listo, cuando tengas tus buñuelos terminados, agrégale el jarabe de piloncillo encima y deja que endulcen tu corazón.