Por Jesús Aguado
Energética, multifacética, enamorada del arte, y en una relación con San Miguel desde hace 45 años; Leticia Fernández es el rostro de la Cruz Roja San Miguel. Lo mismo navega entre extranjeros, locales, y visitantes en eventos “de esto y aquello”, pero también se para en las comunidades alejadas para entregar ayuda humanitaria a través de la institución que ha representado con orgullo, honor, y amor desde hace siete años.
La entrevistamos, y aquí conocemos algo más sobre su relación con San Miguel, el arte, y la Cruz Roja San Miguel.
Jesús Aguado: ¿Cuándo fue que descubriste San Miguel? ¿Cómo era?
Leticia Fernández: Descubrimos—mi marido Carlos Noyola, y yo—San Miguel hace 45años, me encantaba venir de “long weekend” a gozar el pueblito porque, confieso que era muy diferente a lo que es ahora, sin embargo habia muchisimo encanto en su entorno.
JA: ¿Cómo decidiste comprar una casa? ¿Qué área era la mejor?
LF: Compramos casa cuando ya decidimos cambiar nuestra residencia y eso fue en enero del 2004. Empezamos a sentir dónde sería mejor comprar. Vivimos en el Centro, pero no nos convenció por el ajetreo de vida que conlleva vivir ahí dentro. Al final nos encantó vivir en un área tranquila, donde tu escoges los momentos en que quieres ajetreo. La mejor zona para nosotros es la más tranquila, porque nos gusta vivir así y escoger los momentos en que queremos otro tipo de convivencia.
JA: Si pudieras hacer una comparación, entre tu ciudad de origen (San Pedro Garza García, NL) y San Miguel ¿Cuál sería? ¿En qué difieren?
LF: ¡Son diametralmente opuestos! San Pedro es una ciudad competitiva, de mucha acción, muy complicada, totalmente asfaltada, la dejamos justo cuando estaba complicándose. Difieren en que en San Miguel eres más dueño de tu tiempo, además que el estilo de vida es muy diferente, aquí se vive más como pueblo; con el ingrediente cultural y de glamour que caracteriza a SMA.
JA: ¿Cómo inició tu interés por el arte?
LF: Desde que me casé. Mi marido viene de familia de anticuarios así que él sembró la semillita en mí y la verdad resulté más apasionada que él mismo para el tema. Te puedo decir que amo mi trabajo, me encanta mi tienda y no pierdo mi capacidad de asombro aún con los 50 años que cumplimos de estar establecidos en nuestro negocio.
JA: Si pudieras hacer un conteo, de cuántos países has visto arte ¿cuál es tu favorito?
LF: Mi favorito es Francia, luego la República Checa. París y Praga son mis ciudades favoritas para disfrutar del arte en todas sus expresiones. Son lugares donde la actividad artística es interminable y puedes encontrar cualquier cosa que te asombre verdaderamente.
JA: ¿Cómo inició la Buhardilla?
LF: La idea nació desde novios mi marido y yo, para poder casarnos y tener un medio de vida que nos diera la oportunidad de trabajar juntos y crecer y esforzarnos juntos. Me encantó que él ya traía el tema del arte de familia. Comencé a enterarme del mundo de las antigüedades y del arte. Soy una persona muy curiosa y siempre quería saber más de esa pieza que estaba ofreciendo al público. La investigación siempre ha sido uno de los quehaceres que más me satisface y deleita; puedo dejar de comer y dormir por seguir en eso.
JA: ¿Cuál es la pieza de arte más preciada que tienes?
LF: No me llama la atención lo valioso de una pieza sino la carga sentimental que lleva implícita; algunas de las piezas que disfrutamos en nuestra casa. Hay varias que son muy preciadas para mí, porque me recuerdan algún momento especial en nuestra vida. Pero así como tenemos piezas de arte prehispánico muy especial y bello, tenemos también arte de los Old Masters. Me gusta mucho el marfil y todo lo que la mano del hombre pudo crear en algún momento de tiempo.
JA: ¿Por qué ayudar a quienes más lo necesitan? ¿Cómo inicia tu conexión con la Cruz Roja?
LF: Siempre he pensado que somos privilegiados de la vida y debemos devolver con un poquito tantas bendiciones recibidas. Agradezco estar en este lugar que me da la oportunidad de ayudar a cualquier persona que esté en situación vulnerable. Cuando llegué a SMA, en el 2004 me invitaron a participar como Dama Voluntaria en Cruz Roja, y cada día me enamoro más de su misión y capacidad. Es el medio perfecto para darte si en realidad es lo que quieres, porque se trata de que tu esfuerzo se ve reflejado en bienestar para nuestros iguales, y tratarnos como hermanos para lograr un mundo mejor y más justo.
JA: ¿Has visitado las comunidades rurales de San Miguel? ¿Cuál te ha impresionado más? LF: Muchas, antes hacía más trabajo de campo, desde la pandemia he parado ese trabajo, pero hay muchas comunidades olvidadas y cuando más me preocupan es en el invierno, son lugares muy difíciles de habitar.
JA: ¿Cómo ha cambiado San Miguel, desde que llegaste hasta ahora?
LF: ¡Totalmente, llegué cuando el día con día era totalmente sencillo! Ahora ya hay rush hour. La verdad me entristece que esté perdiendo ese sabor a pueblo que antes sentía yo en él, ahora lo ha perdido un tanto por el snobismo y otro tanto por el crecimiento, en mi manera de ver exagerado.
JA: Si pudieras devolver el tiempo—relacionado con San Miguel– ¿Qué le quitarías, ¿qué le pondrías?
LF: Ahorita le quitaría la mitad de la gente, que nos dejen los hoteles, restaurantes, tiendas y galerías maravillosas, pero que haya más cafecitos de los vecinos y lugarcitos, así como trattorias o bistros que son más íntimos y además son el esfuerzo de gente de SMA.
JA: ¿Cuál es tu lugar, plaza, restaurante, café favorito en la ciudad?
LF: Si hablamos de restaurantes puedo decir Atrio, Trazo; de Galerías, pues ¡Galería Noyola Fernández! (ni modo que no); de plaza “La Aurora” no tiene comparación! ¡Y el café de La Aurora es uno de mis favoritos!
JA: Un consejo para los jóvenes locales.
LF: Que le echemos ganas a nuestro bello pueblo. Que lo crezcamos con ese granito de arena que necesita de cada uno, que si podemos hagamos que se cumplan las recomendaciones para poder tener la mejor ciudad del mundo, pero en verdad.
JA: Un consejo para los visitantes jóvenes.
LF: Que si quieren seguir viniendo a disfrutar las maravillas que ofrece SMA, debemos cuidarlo, actuar con responsabilidad y orden.