“Recibir la mañana en esta espléndida ciudad histórica es el comienzo de un día perfecto”
Después de mudarme a San Miguel de Allende, no importa lo que pase, recibir la mañana en esta espléndida ciudad histórica es el comienzo de un día perfecto. En Casa Linnea he creado un espacio para reunir a la gente y cenar con intención a través de largas cenas de mesa.
Tras invitar a amigos a cenar, creo un menú especial de temporada. Me aventuro a ir a la ciudad para visitar mis carnicerías o pescaderías favoritas y recojo las flores y los ingredientes perfectos que necesitaré en los mercados. Me fascina la belleza de la arquitectura, las calles empedradas, las espléndidas iglesias, el bullicio de esta ciudad. Me cruzo con muchas caras amables por el camino y me alegro de formar parte de esta maravillosa comunidad.
En casa, me preparo para la cena. Disfruto poniendo una buena mesa y haciendo bonitos arreglos florales. Cuando se acercan las fiestas, enciendo velas y elijo la música perfecta. Me encanta recibir a mis invitados con pétalos de rosa frescos en la puerta. Paseamos por los jardines, quizás jugamos a la petanca, un juego francés al que solía jugar con maravillosos amigos en Estados Unidos. Disfrutamos de cócteles y aperitivos, viendo la puesta de sol con amplias vistas al encantador San Miguel de Allende.
Al reunirnos en la larga mesa, brindamos por la vida y participamos en una comida cuidadosamente preparada que captura el espíritu de la mesa. Siempre preparo una pregunta para la mesa como: “¿Cuál es tu inspiración en la vida?”. Vamos contestando y siempre me sorprenden las respuestas de mis invitados. En una época de tanta incertidumbre, espero que esto levante un poco el mundo.
Al final de la tarde, nos sentamos y miramos hacia la noche. Las luces de la ciudad hacen que parezca un pueblo de hadas. Puede que nos sorprendan con algunos fuegos artificiales de alguna boda o evento especial. Cuando los invitados se marchan y yo apago las velas y me arreglo, pienso en la velada y en la suerte que tengo de coleccionar estos recuerdos. Mientras me duermo, sueño con la planificación de la próxima cena con amigos. Es mágico. Ese es mi día perfecto.