Wesley Gleason, un host singular

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Por Jesús Aguado

Era tan solo un niño cuando Wesley Gleason venía a San Miguel en los 80. Es que su mamá venía a tomar clases de pintura. Fue psicoterapita en los Estados Unidos, pero luego de estar entre Atlanta, Nueva York y San Francisco, decidió junto a su compañero, comprar su casa en una de las calles más icónicas de la ciudad, y además iniciaron Agave. 

Wesley puede ser visto—en cualquier momento—en los viñedos, restaurantes, o cafés: nuevos y clásicos, exclusivos y más públicos; siempre acompañado de amigos locales, amigos visitantes, o clientes. A pesar de su apretada agenda, nos brindó espacio para una entrevista. 

Jesús Aguado ¿Cuáles son tus actividades en un día regular?

Wesley Gleason: Compro mi café en Kibok, cerca de la casa. Trabajo duro, y luego paso tiempo en la tarde con amigos y familia. 

JA: ¿Qué haces en San Miguel cuando no estás trabajando, y tienes visitas?

WG: Me encanta compartir la ciudad con visitantes. Ir a buenos restaurantes, caminar por la ciudad, visitar viñedos; y cocteles en la casa al atardecer. 

JA: ¿Cómo era tu vida antes de San Miguel, en dónde vivías?

WG: Crecí en Atlanta. Luego de la universidad, mi estilo de vida era muy urbano. Trabajé como psicoterapita en Nueva York, y San Francisco. 

JA: ¿Cómo descubriste San Miguel, y cómo decidiste mudarte?

WG: Vine a San Miguel por primera vez en los 80, crecí viniendo a San Miguel. Mi mamá es artista, y venía a pintar en los veranos. Mi papá y yo veníamos también, y nos encantaba toda la ciudad. Luego de todo este tiempo, y de vivir en todo el mundo, todos vivimos aquí. 

JA: ¿Cómo era San Miguel cuando viniste la primera vez, y cómo ha cambiado, todavía te gusta?

WG: La ciudad era más tranquila y rústica. San Antonio era como una parte separada de la ciudad. Ahora se siente más urbano y chic, y todavía me encanta. Ya no es auténticamente un pueblo pequeño, pero me encanta la buena comida, comprar, y las amenidades. 

JA: ¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de la ciudad?

WG: Recuerdo que cuando era joven, iba con un grupo de amigos a El Ring. 

JA: ¿Crees en algo?

WG: Creo que en general, la gente es buena. 

JA: ¿Cuál es la posesión más valiosa que tienes en esta vida?

WG: Tengo una magnífica pintura por mi mamá, es el pantano de Okefenokee. Tiene cipreses reflejados sobre el agua, es fabulosa. 

JA: Como host de visitantes internacionales, ¿qué es lo primero que le dices a tus amigos cuando llegan a la ciudad?

WG: Que San Miguel es hermoso y amigable, pero no es Disney. Que disfruten las experiencias sensoriales, la gente maravillosa, la comida, pero siempre recordar ser sensibles, y cuidarse. 

JA: ¿Cuál es tu restaurante o bar favorito en San Miguel?

WG: Hay muchos: San Mezcal, La Parada, y The Restaurant, probablemente son mi top tres. 

JA: ¿Cómo te involucraste en los bienes raíces?

WG: Mi compañero y yo restauramos una casa del siglo 18 en el Centro, y fue una experiencia inolvidable. Me intrigó estar detrás de todos esos muros coloridos, y la gente que ha encontrado esta hermosa ciudad. Bienes Raíces es una buena manera de involucrarte con la gente y disfrutar de la arquitectura. Inicié Agave en 2008, y ha sido un viaje interesante. 

JA: ¿Cuál es el precio de la casa más costosa que has visto en San Miguel, y la menos costosa?

WG: Creo que es Casa Chorro la más costosa en el mercado. 6.5 millones de dólares. No estoy seguro sobre la menos costosa. 

JA: ¿Hay algún consejo que le des a mexicanos tratando de comprar una casa en SMA?WG: San Miguel es costoso, pero vale la pena. Tener los precios en dólares puede ser frustrante, sin embargo provee un mercado más estable.

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